lunes, 11 de enero de 2010

PIO XII Y LOS JUDIOS

El reciente anuncio de la próxima beatificación de Pío XII, una muestra más de la libertad de espíritu de Benedicto XVI, ha vuelto a traer a la actualidad un viejo tema. Por una parte los enemigos de la Iglesia católica, y por la otra una enorme cantidad de personas que ignoran aspectos sustanciales de la cuestión, entre otros factores, han contribuido a crear un nuevo mito, una verdadera nueva leyenda negra , mediante la cual se acusa al Papa Pío XII, primero de no hacer nada durante el holocausto contra los judíos y más recientemente, de haber sido cómplice de los nazis. La hostilidad con que se ha tratado esta cuestión resulta llamativa por su espíritu beligerante y hasta sectario. Le han llegado a llamar "el Papa de Hitler". La gran calumnia contra Pío XII está de moda y ha sido tantas veces repetida que, como suele suceder en estos casos, es ya aceptada por muchos como una verdad irrefutable, también por bastantes católicos que desconocen casi totalmente la realidad y se han dejado convencer por opiniones aisladas e inconsistentes, pero que han logrado el objetivo de sembrar la duda. Las acusaciones contra Pío XII comenzaron en realidad recién en 1963, a partir de la obra teatral "El Vicario". Antes de esta fecha sus esfuerzos a favor de los judíos eran ampliamente reconocidos incluso por muchos judíos que inexplicablemente ahora se han dejado convencer por una serie de circunstancias, en primer lugar porque es más seguro sospechar que afirmar la inocencia, aunque esto último sea lo que corresponde según un recto actuar en cualquier persona de buena fe. Si alguien tiene dudas lo que tiene que hacer es buscar la verdad, no repetir algo que implica un juicio moral grave sin tener unos ciertos fundamentos. A esta altura de los hechos hay material suficiente para buscarla y encontrarla, no se trata por lo tanto de que falten fuentes de información. En muchos casos se trata de acontecimientos que fueron publicados en los periódicos de la época. Por eso es una actitud innoble e impropia de una persona consciente de sus responsabilidades y una grave injusticia el permitir que las calumnias continúen. Esto es una regla moral que se aplica a cualquier persona y desde luego es más importante tenerla en cuenta si se trata de una persona de la talla moral de Pío XII, uno de los grandes hombres del siglo XX. Recordamos algunos puntos importantes: Eugenio Pacelli, futuro Pío XII, contribuyó a preparar la encíclica «Mit brennender Sorge» (1937), en la que Pío XI condenó el nazismo. La encíclica, prohibida en Alemania, fue introducida en el país de modo clandestino y leída a los fieles en las iglesias católicas. En su presentación de la encíclica, el futuro Pío XII comparó a Hitler con el diablo y advirtió proféticamente su temor de que los Nazis lanzaran una "guerra de exterminación" El New York Times en su editorial de Navidad de 1941, elogió al Papa Pío XII por "ponerse plenamente contra el hitlerismo" y por "no dejar duda de que los objetivos de los Nazis son irreconciliables con su propio concepto de la paz Cristiana". Varios historiadores judíos, como Joseph Lichten, de B'nai B'rith (organización judía dedicada a denunciar el antisemitismo y mantener viva la memoria del genocidio nazi), han documentado los esfuerzos del Vaticano en favor de los hebreos perseguidos. Según el mismo Lichten, en septiembre de 1943, Pío XII ofreció bienes del Vaticano como rescate de judíos apresados por los nazis. También recuerda que, durante la ocupación alemana de Italia, la Iglesia, siguiendo instrucciones del Papa, escondió y alimentó a miles de judíos en la Ciudad del Vaticano y en Castelgandolfo, así como en templos y conventos. Lichten, escribiendo en el boletín del Jewish Antidefamation League (Liga judía contra la difamación) dijo en 1958 que "la oposición (de Pío XII) al nazismo y sus esfuerzos para ayudar a los judíos en Europa eran bien conocidos al mundo que sufre" Después de la guerra, organizaciones y personalidades judías reconocieron varias veces oficialmente la sabiduría de la diplomacia del Papa Pío XII. El Congreso Judío Mundial agradeció en 1945 la intervención del Papa, con un generoso donativo al Vaticano. En el mismo año, el gran rabino de Jerusalén, Isaac Herzog, envió a Pío XII una bendición especial «por sus esfuerzos para salvar vidas judías durante la ocupación nazi de Italia». Israel Zolli, gran rabino de Roma, quién como nadie pudo apreciar los esfuerzos caritativos del Papa por los judíos, al terminar la guerra se hizo católico y tomó en el bautismo el nombre de pila del Papa, Eugenio, en señal de gratitud. El escribió un libro sobre su conversión ofreciendo numerosos testimonios sobre la actuación de Pío XII. El jueves 7 de septiembre de 1945 Giuseppe Nathan, comisario de la Unión de Comunidades Judías Italianas, declaró: «Ante todo, dirigimos un reverente homenaje de gratitud al Sumo Pontífice y a los religiosos y religiosas que, siguiendo las directrices del Santo Padre, vieron en los perseguidos a hermanos, y con valentía y abnegación nos prestaron su ayuda, inteligente y concreta, sin preocuparse por los gravísimos peligros a los que se exponían» (L'Osservatore Romano, 8 de septiembre de 1945, p. 2). El 21 de septiembre del mismo año, Pío XII recibió en audiencia al Doctor A. Leo Kubowitzki, secretario general del Congreso judío internacional, que acudió para presentar «al Santo Padre, en nombre de la Unión de las Comunidades Judías, su más viva gratitud por los esfuerzos de la Iglesia católica en favor de la población judía en toda Europa durante la guerra» (L'Osservatore Romano, 23 de septiembre de 1945, p. 1). El jueves 29 de noviembre de 1945, el Papa recibió a cerca de ochenta delegados de prófugos judíos, procedentes de varios campos de concentración en Alemania, que acudieron a manifestarle «el sumo honor de poder agradecer personalmente al Santo Padre la generosidad demostrada hacia los perseguidos durante el terrible período del nazi-fascismo» (L'Osservatore Romano, 30 de noviembre de 1945, p. 1). En 1958, al morir el Papa Pío XII, Golda Meir (Ministro de Asuntos Exteriores de Israel) envió un elocuente mensaje: «Compartimos el dolor de la humanidad (...). Cuando el terrible martirio se abatió sobre nuestro pueblo, la voz del Papa se elevó en favor de sus víctimas. La vida de nuestro tiempo se enriqueció con una voz que habló claramente sobre las grandes verdades morales por encima del tumulto del conflicto diario.El presidente de USA, Eisenhower, al morir el Papa: «El mundo ahora es más pobre después de la muerte del Papa Pío XII» El bien de los judíos requería que el Papa se abstuviera de hacer declaraciones contra los Nazis durante la ocupación alemana. La ayuda se tenía que efectuar por otros medios. También la Cruz Roja Internacional y el Consejo Ecuménico de las Iglesias coincidieron con la Santa Sede en que era mejor guardar silencio para no poner en peligro los esfuerzos en favor de los judíos. Pero nadie ataca a la Cruz Roja por su «silencio» ante el Holocausto. El diplomático Israelí Pinchas Lapide calculó que Pío XII fue personalmente responsable por salvar al menos 700000 judíos. El historiador judío Richard Breitman, ha escrito un contundente libro sobre el holocausto. Como consultor del Grupo de trabajo para la restitución de los bienes a los judíos (grupo que ha obtenido la desclasificación de los dossieres del OSS). En una entrevista al «Corriere della Sera», del 29 de junio del 2000, Breitman que es hasta ahora el único autorizado a ver los documentos del OSS (el espionaje estadounidense en la segunda guerra mundial), ha explicado que lo que más le ha impresionado ha sido la hostilidad alemana hacia el Papa y el plan de germanización del país de septiembre de 1943. Breitman ha encontrado también «sorprendente el silencio aliado sobre el holocausto»Los ejemplos pueden segiuir pero parecen suficientes. Ponemos aposición del lector una serie de trabajos que profundizan lo dicho, y donde podrá encontrar un panorama completo acerca de esta materia, que estará en la discusión pública en los próximos tiempos (Datos extraídos de corazones.org.).

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